Variedad de tumores malignos que pueden afectar a la región periocular
¿Qué son los tumores palpebrales?
Son los tumores localizados alrededor del párpado. Los tumores palpebrales son muy comunes, en su mayoría son benignos, y pueden tratarse de forma sencilla sin dejar cicatriz visible. También existe una variedad de tumores malignos que pueden afectar a la región periocular (alrededor del ojo).
Los Tumores palpebrales benignos mas frecuentes son:
Papiloma: conocidos como verrugas o lesiones epiteliales, pueden ser planos, nodulares, escamosos, pigmentados, depigmentados, pediculadas o sésiles, cuasadas por virus. Pueden originarse en la piel, en la conjuntiva o en la zona de transición entre ambos. El tratamiento para estas lesiones es la extirpación quirúrgica.
Hidrocistoma
El hidrocistoma es un quiste de las glándulas sudoríparas que se suele localizar en el borde del párpado y con mayor frecuencia en el párpado inferior.
Existe dos tipos, el hidrocistoma ecrino se presenta como pequeños y múltiples quistes cubiertos por piel lisa por dilatación del conducto de la glándula sudorípara ecrina y el hidrocistoma apocrino se caracteriza por aparecer de forma solitaria, es hemisférico y traslúcido y supone una dilatación quística de las glándulas apocrinas.
Aparecen con más frecuencia a partir de la cuarta década de la vida. Son lesiones benignas que requieren tratamiento por cuestiones estéticas. La exéresis quirúrgica es la terapia de elección.
Las lesiones se encuentran en el margen palpebral o cerca de él, más frecuentemente en el parpado inferior cerca del canto medial. En el párpado superior son menos frecuentes y también se localizan cerca de los cantos. Su contenido es un líquido transparente.
Xantelasmas: es el xantoma cutáneo mas común, son lesiones benignas se forman alrededor de los párpados. Son placas amarillas que se localizna en las capas superficiales de la piel de los párpados cerca del saco lagrimal, tienden a progresar, unirse y ser permanentes. Pueden afectar el párpado superior e inferior y afectar los dos ojos a la vez. Es un signo de hipercolesterolemia severa.
Nevus pigmentado: el nevus o el lunar es un tumor benigno que está compuesto de celulas melanocíticas o celulas de nevus. Los nevus congénitos son muy raros. Los nevus adquiridos forman el grupo de los tumores de la piel más frecuentes y variables. Los nevus necesitan cirugía cuando son inestéticos o por su tendencia de malignización.
Hemangioma: es un tumor no canceroso (benigno) causado por el crecimiento anormal de vasos sanguíneos. Los hemangiomas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero se encuentran más frecuentemente en la cabeza y el cuello. Si bien pueden estar presentes al nacer, los hemangiomas aparecen más a menudo durante los primeros seis meses de vida.
Queratoacantoma: puede parecerse a una verruga sebácea al principio pero tiene la tendencia a infiltrar la epidermis y formar un cráter de queratina. Se considera un tumor premaligno por su crecimiento rápido y agresivo y la dificultad de diferenciarlo claramente. Puede evolucionar hacia un carcinoma espinocelular. Aparece en zonas expuestas a rayos UV. Su tratamiento es quirúrgico con excisión mediante láser o bisturí.
¿Por qué se producen?
Algunos tumores palpebrales están relacionados con la exposición solar y suelen presentarse en personas mayores de 40 años. La piel clara es un factor de riesgo muy importante. En el caso de los tumores orbitarios, muchos son de origen congénito.
¿Cómo se puede prevenir?
Sólo en los casos de tumores palpebrales pueden tomarse medidas preventivas, como protegerse del sol, especialmente aquellas personas de piel clara.
En el resto de casos es difícil actuar preventivamente, aunque es importante obtener un diagnóstico y un tratamiento precoces. En los casos más graves, el tiempo puede ser crucial para salvar el ojo, la visión, e incluso la vida del propio paciente.
Las personas con nódulos, verrugas, ulceraciones u otras irregularidades en la zona de los párpados, deben hacer un seguimiento periódico de estas lesiones.
Ante un cambio en su forma, color, consistencia (sangrado, ulceración), clínica (escozor) o tamaño, se debe acudir al oftalmólogo para que realice una extirpación y posterior estudio del tipo de lesión.
Síntomas
Los tumores palpebrales son muy visibles y aparecen a menudo en forma de nódulo o úlcera. En ocasiones el paciente minimiza la importancia de algunos bultos de pequeño tamaño, verrugas o "granitos", que pueden estar indicando la existencia de un tumor.
En el caso de los tumores orbitarios, el paciente puede experimentar proptosis o exoftalmos (desplazamiento anterior del globo ocular), dolor, alteraciones en la movilidad ocular, desplazamiento del globo ocular o pérdida de visión producida por la compresión del nervio óptico a causa del tumor.
Los tumores malignos pueden aparecer de forma repentina y experimentar un crecimiento muy rápido sin haber ofrecido síntomas previos.
Tratamiento
El tratamiento consiste en extraer el tumor a partir de cirugía de mínima incisión y, según el caso, puede ser necesaria la ayuda de quimioterapia o radioterapia aplicada en coordinación con un oncólogo.
Los tumores palpebrales pueden conllevar la extracción de una parte importante del párpado. Es por ello que el cirujano oculoplástico debe aplicar con posterioridad técnicas de reconstrucción para restablecer la apariencia y función palpebral.
Las lesiones malignas pueden volver a aparecer con el tiempo, en el mismo lugar o en su proximidad, por lo que es conveniente realizar un seguimiento periódico después de la cirugía.
Fuente: IMO