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Miopía

¿Qué es la miopía?

La miopía es un problema refractivo que se produce cuando la luz que entra en el ojo no se proyecta sobre la retina sino delante de ésta, lo cual causa visión borrosa de lejos, es decir, miopía.

Asimismo, cuanto más lejos se proyecta la luz de la retina, mayor es la miopía. Cuando la luz se refleja detrás de la retina hablamos de hipermetropía, y cuando se proyecta en distintos puntos recibe el nombre de astigmatismo, dos defectos refractivos también bastante comunes.

La miopía puede darse por tres motivos principales:

  • El ojo es más alargado de lo normal.
  • La potencia del cristalino es muy alta.
  • La córnea está más curvada de lo normal.

La miopía no tiene preferencia de genero, por lo que afecta igual a hombres que a mujeres, sin embargo, aquellas personas con antecedentes familiares sí que son más propensas a sufrir este defecto visual.

Un ojo miope es casi siempre un ojo sano pero, aunque poco habitual, sí es posible que cuando la miopía es muy alta cause otros problemas oculares, como la degeneración macular miópica.

La miopía es el defecto refractivo más común y para entender mejor ¿qué es?, es fundamental comprender cómo funciona el ojo humano. La luz entra al ojo a través de la córnea (membrana transparente del exterior del ojo) hasta el iris, la parte colorida del ojo, que se encarga de hacer que penetre mayor o menor cantidad de luz al interior del ojo, abriendo o cerrando la pupila según las necesidades de cada momento. El cristalino actúa como una especie de lente y es el responsable de enfocar la luz que entra al ojo para que se refleje sobre la retina. Esa luz que entra a la retina se transmite al cerebro gracias al nervio óptico, haciendo posible la visión.

Síntomas de la miopía

El principal síntoma de la miopía es la visión borrosa de lejos. Habitualmente nos damos cuenta cuando nos cuesta reconocer las caras de personas que se encuentran lejos, por ejemplo, al otro lado de la acera.

Otros síntomas de la miopía son:

  • Visión borrosa de lejos.
  • Visión nítida de los objetos cercanos.
  • Acercarse los objetos para verlos mejor.
  • Entrecerrar los ojos para ver mejor los objetos lejanos.
  • La visión borrosa empeora con el paso del tiempo y muchas veces se presenta desde la infancia.
  • Las personas miopes suelen necesitar cambiar la graduación de sus gafas con frecuencia.
  • La miopía suele detener su progreso a partir de los 20 años de edad.
  • Los niños miopes suelen presentar dificultad para leer la pizarra en el colegio.

Causas de la miopía

  • Factor hereditario: los hijos de padres miopes tienen mayor predisposición a sufrir este defecto refractivo.
  • Defecto ocular: ocurre cuando una persona nace con la córnea demasiado curvada o con el globo ocular muy grande con respecto a sus demás componentes.
  • Condiciones vinculadas: a veces se presenta como una causa secundaria de una enfermedad primaria, como las cataratas o la diabetes tipo 2.
  • Factores ambientales: debido a que en la actualidad es muy alto el número de personas miopes en el mundo, se cree que puede haber una relación entre la exposición excesiva a pantallas móviles, de ordenadores y televisores y el desarrollo de la miopía. Sin embargo, aún no hay estudios que avalen esta afirmación científicamente.

Tipos de miopía

Esta condición se divide en dos grupos según el número de dioptrías:

  • Miopía simple: es el tipo que se atribuye a aquellas personas que presentan hasta 8 y 9 dioptrías de miopía. Con frecuencia estas personas son diagnosticadas durante la infancia y el progreso se detiene a los 20 años de edad.
  • Miopía alta o magna: la miopía magna se diagnostica a personas con más de 9 dioptrías y suele estar asociada a procesos de degeneración de la retina o condiciones relacionadas con el humor vítreo. Quienes tienen este tipo de defecto de la visión son más propensos a desarrollar glaucomacataratas y desprendimiento de retina.

Tratamiento de la miopía

Para poder tratar la miopía es necesario que el paciente acuda al oftalmólogo y realizar una exploración exhaustiva. Una vez que se conozca el número de dioptrías y el tipo de miopía que la persona presenta, existen diversos métodos para tratar la miopía, entre ellos, las dos opciones de tratamiento más comunes son:

Sin cirugía

  • Uso de gafas: Las gafas o lentes de montura se utilizan con un cristal que logra llevar la imagen que está por delante de la retina, hasta proyectarla en ésta, obteniéndose una buena visión de los objetos, sobre todo lejanos; pero no corrigen el origen del problema. Esta opción la recomendamos a pacientes cuya graduación no se ha estabilizado, ya que a causa de la evolución de la miopía existe la posibilidad de cambiar con frecuencia la graduación de los cristales de las gafas.
  • Uso de lentillas de uso diurno (Lentes de contacto): de igual forma que las gafas, no ofrecen corregir de forma definitiva la miopía, sin embargo, son una alternativa muy adecuada para sustituir el uso de gafas en actividades deportivas, profesionales o por motivos de tipo estético. En función del grado de miopía el uso de lentillas de uso diurno ofrece una percepción visual mejor que con gafas.

Con cirugía

Si la persona quiere dejar de usar gafas o lentillas la operación de miopía es la única opción para corregir esta condición de forma definitiva. Sin embargo, no todas las personas miopes son candidatas a esta operación, ya que entre los requisitos es necesario tener más de 18 años y que la graduación sea estable durante un año.

Para eliminar definitivamente la miopía disponemos de las técnicas láser o el implante de una lente intraocular.

¿Cómo es la operación de miopía con láser?

La cirugía para la miopía con láser es un procedimiento ambulatorio que se realiza bajo los efectos de la anestesia tópica, administrada en gotas. La operación consiste en aplicar sobre la córnea el Láser Excímer, el cual modifica la curvatura de la lente natural del ojo para corregir de forma permanente las dioptrías de miopía.

El procedimiento quirúrgico es el siguiente: una vez que los ojos están sedados, el oftalmólogo realizará una pequeña incisión en el tejido superficial de la córnea y aplicará sobre la misma el Láser Excímer, previamente programado según las necesidades del paciente. Este proceso dura pocos segundos. Cuando la aplicación del láser ha terminado, se recoloca el flap corneal en su lugar y se procede a cubrir los ojos con  protectores plásticos transparentes. Todo el proceso tiene una duración aproximada de 10 minutos. Tras la intervención, la persona puede marcharse a casa.