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Trasplante de células madre corneales

El limbo esclero-corneal es la región ocular encargada de la regeneración celular del epitelio corneal (capa transparente y más superficial de la córnea). La labor regenerativa es responsabilidad de las células madre que residen en el limbo. Es una zona de transición, un anillo que rodea la córnea y en el que se une a la conjuntiva circundante. Además, esta zona periférica de la córnea contiene las células madre del epitelio corneal, que tras crecer en el limbo, van migrando sobre la córnea desde la periferia hacia el centro, donde finalmente se descaman y se pierden.

Existen una serie de factores, que pueden lesionar gravemente el limbo y, por tanto, a esta población de células madre, y provocar lo que se conoce como síndrome de insuficiencia límbica. Las causas de la insuficiencia límbica pueden ser congénitas o adquiridas. Dentro de este segundo grupo pertenecen las causticaciones debidas a accidentes químicos, cada vez menos frecuentes en países desarrollados, gracias a las mayores medidas de prevención de riesgos laborales, no así en los países en vías de desarrollo.

Estas lesiones pueden estar ocasionadas también por infecciones múltiples, por reiteradas cirugías en un ojo, por uso prolongado de tratamientos en gotas, irritaciones crónicas, etc. si bien, en general, son casos poco frecuentes.

El síndrome de insuficiencia límbica supone que deja de haber una fuente para las células del epitelio corneal. Éste es sustituido por el epitelio conjuntival que habitualmente rodea a la córnea y que, en estos casos, se expande e “invade territorio”, aprovechando que el limbo deja de actuar como una barrera que inhibe el crecimiento de la conjuntiva. La expansión del epitelio de la conjuntiva sobre la córnea provoca una pérdida de transparencia y consecuentemente de visión, además de problemas de adherencia, erosiones, úlceras, inflamación crónica o crecimiento anómalo de vasos.

Síndrome de insuficiencia límbica antes de la cirugía. Ojo antes de la intervención de la imagen superior. Cuando la insuficiencia límbica no es completa, el tratamiento se resuelve con la administración de colirios, puede llegar a conseguirse la recuperación o la estabilización de las lesiones pero en lesiones severas, se opta por el trasplante de células madre corneales (o trasplante de limbo).

¿En qué casos se realiza?

En lesiones muy extensas y severas, en las que el limbo se encuentra lesionado en su totalidad, ya no existe capacidad de regeneración y los tratamientos médicos no son eficaces. Cuando esto ocurre el único tratamiento eficaz es quirúrgico y consiste en trasplantar esas células madre de nuevo.

En los últimos años se ha abierto una vía alternativa para trasplantar células madre del epitelio corneal, que consiste en extraer una pequeña muestra de limbo sano, sea del propio paciente o de un donante, y cultivarla en el laboratorio para posteriormente trasplantar las células madre.

Técnica

En los casos de insuficiencia límbica severa, el tratamiento más avanzado es el trasplante de células madre limbares, “a modo de injerto, con la intención de reconstruir la superficie ocular”. Habitualmente, estas células madre se obtienen del ojo sano del propio paciente, “aunque en los casos en los que los dos ojos presentan lesiones se recurre al trasplante de las células del limbo de un familiar inmunocompatible o de un donante de órganos.

La técnica comienza con una pequeña biopsia (toma de muestra de tejido) de unos 2 mm2 del limbo sano. Esta muestra es tan pequeña que no supone afectación para el ojo sano. Las células madre obtenidas se cultivan en el Laboratorio GMP de Terapia Celular. Una vez conseguido el crecimiento adecuado de esta población celular, tras varias semanas, las células madre obtenidas se trasplantan a una membrana amniótica como medio de cultivo y soporte. “La utilización de membrana amniótica para el trasplante de las células limbares al ojo afectado se debe a que se trata de una superficie resistente, transparente, delgada y rica en colágeno”.

Estas células madre se cultivan de nuevo en membrana amniótica y, cuando ya se ha obtenido una población celular suficiente, se trasplantan al ojo afectado en esta misma membrana.
las células limbares trasplantadas en la superficie del ojo, van cubriendo la superficie ocular, alojándose en el limbo afectado e implantándose en él, hasta regenerar el epitelio dañado y volver a crear una superficie corneal transparente y homogénea.

Una vez realizado el trasplante de las células madre limbares, inicialmente, el paciente debe seguir un tratamiento antiinflamatorio, además de un tratamiento con gotas antibióticas para prevenir cualquier infección ocular.

Cuando el limbo y el epitelio corneal quedan restaurados, no es necesario que el paciente siga tratamiento alguno, al margen de cuidados mediante lágrimas artificiales o algún producto protector de la superficie ocular”, precisa el doctor Guarnieri.