
Pérdida de paralelismo de los ojos del niño, de modo que un ojo mira en una dirección y el otro en otra dirección diferente.
La ptosis palpebral (párpados caídos) es un descenso del párpado superior que ocluye el globo ocular en una proporción variable. Cuando se produce antes de los 8 años, se llama ptosis palpebral infantil.
Como el niño se encuentra en un momento de desarrollo y crecimiento visual, una de las consecuencias específicas de no poder abrir el ojo con normalidad en la infancia puede ser la aparición de ambliopía u "ojo vago".
El ojo afectado no recibe los estímulos visuales adecuados y no desarrolla todo su potencial.
En los adultos la ptosis suele ser adquirida, debido a edad avanzada, traumas, enfermedades del músculo o desórdenes neurológicos.
Sin embargo, en los niños la ptosis suele ser de origen congénito (aparece desde el nacimiento) y, por lo general, relacionada con un mal desarrollo del músculo que se encarga de elevar el párpado.
La ptosis infantil no suele estar asociada a antecedentes familiares, ni a ninguna otra patología. Normalmente se debe a una alteración aislada del desarrollo embrionario del músculo elevador que, pese a estar bien conectado con el párpado, tiene menos fuerza.
Existen otras causas menos frecuentes como reacciones alérgicas, enfermedades musculares (Steinert), enfermedades neurológicas (Parálisis Supranuclear Progresiva, Síndrome de Horner, Miastenia Gravis) y traumatismos locales.
En algunos casos excepcionales en los que la ptosis aparece de forma rápida en días o pocas semanas, hay que realizar una exploración y pruebas de imagen para descartar patologías graves, como aneurismas o tumoraciones intracraneales.
La ptosis no se puede prevenir, pero debe ser detectada a tiempo para poder realizar el tratamiento adecuado que permita corregir el defecto.
Si la ptosis no es tratada a tiempo:
La ptosis es diagnosticada por el pediatra y/o el oftalmólogo, mediante un examen cuidadoso de los párpados. El doctor toma medidas detalladas de la altura de los párpados y evalúa la fuerza de los músculos del párpado.
La cirugía puede ser un tratamiento efectivo para la ptosis infantil y adulta, ayudando a mejorar la visión, así como la apariencia estética. Es muy importante que los niños con ptosis tengan exámenes oftalmológicos con regularidad durante los primeros años de vida para controlar su visión y prevenir una pérdida severa de la visión causada por una ambliopía que no ha sido tratada.
Existen señales inequívocas que nos permiten detectar si nuestro hijo padece ptosis palpebral, ya que la caída del párpado superior se percibe a simple vista. Sin embargo, si es congénita y el bebé presenta una ptosis leve, puede ser difícil de percibir como defecto visual, y con los años llegar a convertirse en un caso de afección severa.
Es importante estar atentos durante los primeros años de vida. Si notamos que los niños presentan algún tipo de dificultad para mantener los ojos abiertos mientras leen, escriben o dibujan, debemos consultar a un especialista.
Otros síntomas de la ptosis palpebral infantil son:
En la mayoría de los casos, el tratamiento de la ptosis infantil se hace a través de cirugía. Si una condición de ambliopía también existe, un trata|miento con parches, anteojos, o gotas para los ojos puede ser necesario. Para determinar si una cirugía es necesaria y qué tipo de procedimiento es el más apropiado, el oftalmólogo tendrá en cuenta unos factores importantes:
Durante una cirugía de ptosis, el músculo elevador del párpado es tensionado. En casos de ptosis severa, cuando el músculo elevador es sumamente débil, el párpado puede ser conectado o suspendido por debajo de la ceja para que los músculos de la frente puedan hacer el trabajo.
La corrección de la ptosis se recomienda en todos los casos, ya que este no es un problema estético. En niños, si el párpado cubre la pupila, la cirugía debe realizarse a la mayor brevedad posible para evitar problemas de desarrollo visual. De lo contrario la cirugía se puede posponer para ser realizada antes que el niño comience su edad escolar.
En adultos la ptosis puede afectar el campo visual y genera con el tiempo problemas cervicales, por lo tanto la corrección se puede hacer tan pronto se detecte el problema.
Una ptosis leve o moderada, por lo general no requiere cirugía durante las primeras etapas de vida. Bien sea que hayan tenido cirugía o no, los niños con ptosis deben ser evaluados periódicamente por un oftalmólogo, por ambliopía, problemas de refracción y otras condiciones relacionadas. Debido al crecimiento y cambio de forma de los ojos, problemas de enfoque pueden desarrollarse inclusive después de una cirugía.
Tratamiento de la ptosis adulta
Su oftalmólogo determinará la causa de la ptosis y planeará el mejor tratamiento. Si un tratamiento es necesario, por lo general es quirúrgico. Ocasionalmente, una pequeña cirugía estética del músculo de elevación y la eliminación de la piel del párpado superior (una operación llamada blefaroplastia) puede levantarlo suficientemente. Una ptosis grave requiere un reposicionamiento y el fortalecimiento del músculo elevador.
La cirugía de ptosis conlleva riesgos de infección, hemorragia y reducción de la visión. Estas complicaciones no son comunes. Inmediatamente después de la cirugía, puede haber una dificultad para cerrar el ojo completamente, pero esto es sólo temporal. Gotas lubricantes y ungüentos para los ojos pueden ser útiles durante este período.
Si bien una mejoría de la altura del párpado suele conseguirse, los párpados pueden no quedar perfectamente simétricos. En raras ocasiones, el movimiento completo del párpado no vuelve. Algunos casos requieren más de una operación.
Fuente: AAO