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Enfermedad que provoca una degeneración progresiva de las células del ojo
La retinopatía diabética es una enfermedad ocular causada por la diabetes. Esta enfermedad ocurre porque los niveles altos de azúcar en la sangre causan daño a los vasos sanguíneos en la retina. Estos vasos sanguíneos pueden hincharse y tener fugas de líquido. También pueden cerrarse e impedir que la sangre fluya. A veces, se generan nuevos vasos sanguíneos anormales en la retina. Todos estos cambios pueden hacerle perder la visión.
La retinopatía diabética es la causa más frecuente de ceguera legal entre los 20 y los 65 años en los países desarrollados.
El paciente nota pérdida de visión generalmente cuando esta patología ya ha avanzado por lo que es obligatoria e importante, la revisión del fondo del ojo del diabético periódicamente y antes de que empiece la pérdida de visión.
Por lo tanto, el paciente puede tener retinopatía diabética y no ser consciente de ello por no presentar síntomas.
A medida que se produce una progresión del problema, los pacientes pueden percibir alguno de los siguientes síntomas:
Si debido a la retinopatía diabética se produce un depósito de líquido en la zona central de la retina, se denomina edema macular diabético y es la principal causa de pérdida de visión en las personas con diabetes. El paciente percibe una disminución importante de su visión y muchas veces percibe los objetos deformados (metamorfopsia).
Las más comunes que pueden surgir en esta patología son:
Las dos primeras se tratan con cirugía, con la realización de una vitrectomía. La tercera (glaucoma neovascular), con láser y tratamiento del glaucoma asociado. Para prevenir posibles complicaciones es necesario realizar un diagnóstico lo antes posible.
Retinopatía diabética no proliferativa)
Esta es la etapa temprana de la enfermedad ocular diabética. Muchas personas con diabetes la tienen.
Cuando tiene NPDR, muchos vasos sanguíneos pequeños sufren pérdidas y hacen que la retina se hinche. Cuando se hincha la mácula, se denomina edema macular. Esta es la razón más común por la que la gente con diabetes pierde la visión.
Además, los vasos sanguíneos en la retina pueden cerrarse. Esto se llama isquemia macular. Cuando eso sucede, la sangre no puede llegar a la mácula. En algunos casos, se pueden formar pequeñas partículas en la retina, llamadas exudados. Estas partículas también pueden afectar la visión. Si tiene retinopatía diabética no proliferativa, su visión será borrosa.
Retinopatía diabética proliferativa
Esta es la etapa más avanzada de la enfermedad ocular diabética. Se produce cuando la retina comienza a desarrollar nuevos vasos sanguíneos. Esto se denomina neovascularización.
Estos vasos nuevos frágiles a menudo sangran hacia el vítreo. Si sólo sangran un poco, quizá vea unas cuantas moscas volantes oscuras. Si sangran mucho, puede que bloqueen toda la visión. Estos vasos sanguíneos nuevos pueden desarrollar cicatrices. El tejido cicatrizante puede causar problemas con la mácula o derivar en un desprendimiento de retina.
La retinopatía diabética proliferativa es muy grave y puede hacerle perder tanto la visión central como la periférica (lateral).
Ante la sospecha de una retinopatía diabética el oftalmólogo especialista en retina realizará un estudio del fondo del ojo con angiografía fluoresceínica, que le permita conocer las características de las alteraciones de los vasos sanguíneos de la retina, y con OCT (Tomografía de Coherencia Óptica), que ofrece información del tamaño, localización, volumen de la exudación (encharcamiento) y capas de la retina afectadas. Esta prueba resulta también muy importante para estudiar el posible edema de la mácula (la mácula es la parte central de la retina).
El paciente debe tener un control estricto de la glucemia (hemoglobina glicosilada menor del 7%).
En caso de que la retinopatía esté causada por la hipertensión arterial debe controlarla y también la posible insuficiencia renal.
En caso de los pacientes diagnosticados de Diabetes tipo 2 es necesario realizar cuanto antes un estudio del fondo de ojo. En los que padezcan Diabetes tipo 1, el examen se deberá realizar a los 5 años de su diagnóstico. Las revisiones posteriores deben llevarse a cabo anualmente si el fondo de ojo es normal o si hay una retinopatía diabética leve. Si la retinopatía diabética es moderada, las revisiones se realizarán cada seis meses y cada cuatro meses si se sospecha riesgo de la forma proliferativa.
El tratamiento de base de la retinopatía diabética es la fotocoagulación con láser en una o varias sesiones después de comprobar el estado de los vasos sanguíneos a través de una angiografía fluoresceínica.
A esta fotocoagulación con láser se pueden asociar otros tratamientos para la retinopatía diabética, como las inyecciones intravítreas de medicación antiangiogénica en algunas formas con neovasos.
Para tratar el edema macular, las inyecciones intravítreas de medicación antiangiogénica se pondrán solas o asociadas también al láser. También se pueden usar corticoides como tratamiento dentro del globo ocular. Las posibles complicaciones se tratarán con cirugía (vitrectomía que consiste en la extracción del humor vítreo a través de diferentes procedimientos).
Frecuentemente, la retinopatía diabética no presenta síntomas en sus primeras fases aunque, a medida que vaya evolucionando puede producir, entre otros síntomas, visión borrosa o doble, pérdida de visión, destellos de luz o moscas flotantes.
La retinopatía diabética y el edema macular se diagnostican a través de un examen completo de la vista que puede incluir:
Cualquier persona con diabetes puede llegar a padecer retinopatía diabética. El riesgo de que esta enfermedad se manifieste puede aumentar si el paciente presenta uno o varios de estos factores de riesgo:
La visión del paciente con retinopatía diabética dependerá de la etapa en la que se encuentre la enfermedad: en los primeros estadios el paciente puede no manifestar síntomas y si la patología evoluciona, pueden llegar a aparecer manchas oscuras en el campo visual e, incluso, producirse una pérdida severa de la visión.
La retinopatía diabética no siempre puede prevenirse, sin embargo, algunas medidas pueden ayudar a prevenir la pérdida grave de la visión:
Si no se trata de forma adecuada o a tiempo, la retinopatía diabética, especialmente en sus fases proliferativas, puede causar una pérdida severa de la visión o, incluso, ceguera. Cuanto antes se realice el tratamiento, más probabilidad existe de que este sea eficaz.